sábado, 5 de diciembre de 2009

No vuelvo a dormir en este lugar.

¿Escuchas esas pisadas? Estoy harto, cada día es lo mismo, ya ni siquiera es un asunto de miedo, esto causa una insoportable situación de estrés. Además de todo lo que he pasado los últimos meses, todavía tengo que soportar, el ruido de las cadenas los días de luna llena, los golpes en la madera del closet tres veces por semana y a diario esos condenados pasos por las escaleras, total que es un verdadero problema intentar dormir. Anteriormente creíamos que era la tía Imelda, incluso mi primo dijo haberla visto en el cuarto de atrás, dijo que flotaba en el aire en medio de una deslumbrante luz, no sé qué tan deslumbrante, pero recuerdo que nadie le creyó, yo tenía mis dudas, sin embargo, desde las primeras veces que escuché las pisadas detrás de mí, que se escuchaba claramente como los pasos hacían crujir las maderas de la escalera, yo disque sereno intentaba fingir indiferencia y continuaba con lo mío a pesar de sentir cómo se erizaba la piel y aumentaba el ritmo cardíaco, pronto estaba todo tranquilo y ahora simplemente, me tiene cansado.
He pensado seriamente en traer a un brujo o chamán, o algún santero que diga tener la capacidad de sacar esa molestia de mi casa. Alguna vez me dejaron a mi sobrina a dormir, la pobre pequeña no dormía, decía tener miedo, yo de cualquier manera la convencí de que no ocurría nada, de que era un lugar seguro, pero claro que comprendía que este maldito lugar tiene sus cosas extrañas y no es necesario ser un médium para percatarse de que aquí suceden cosas inusuales.
Hubo tiempo que además de los ruidos, no sé qué carajos pasaba, pero las cosas nunca estaban donde debieran estar, era una especie de pesada broma contra mi delirio de orden y limpieza, sin embargo alguna vez escuché de ciertos espíritus chocarreros, así que decidí no seguirles la estúpida broma y simplemente invertía más tiempo en buscar las cosas, además no eran muy creativos en cuanto a escondites, siempre eran los mismo sitios, a menos que quisieran decirme algo, creo que nunca lo había pensado de esa manera, la cosa es que si se meten con mis cosas, se meten conmigo y esta situación me está cansando. Hasta eso los últimos días ya no han movido cosas, tal vez fue por el desplante demoníaco que tuve el otro día, simplemente estallé. Soporté lo del cenicero, igualmente lo de los peines, pero que se metan con mis cremas no lo puedo soportar, así que puse en su lugar a esos condenados espíritus, digo, no es mi culpa que no sepan llegar al inframundo o donde quiera que deban encontrarse.
Ayer me pasaron información acerca de una tipa que hace limpias y ese tipo de cosas, tenía un amigo que también decía practicar ese tipo de rituales, sin embargo nunca creí del todo en eso, pero ahora es momento de recurrir a cualquier cosa con tal que se alejen esos espectros o como quiera que puedan llamarse.
Mañana por la mañana iré a casa de mi abuela, ella siempre guarda agua bendita en la alacena, rociaré un poco y quizás le pregunte a mi tía Mercedes acerca de esto, ella siempre creyó en esas cosas, incluso se sentía cierta paz al encontrarse uno con ella, siempre tuvo buenos consejos, era como una especie de bruja santa en lugar de bruja blanca.
Bueno, en fin, no te preocupes si en la mañana sientes aquello a lo que le llaman, este… que se te suba el muerto. Es algo pasajero, lo más que he durado son como cinco minutos, tú nada más relájate. Que tengas buenas noches y no vemos mañana para desayunar temprano.

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